lunes, 16 de septiembre de 2013

Una impresión

"Impression Sunrise"  Claude Monet

Siempre es conmovedor el ocaso 
por indigente o charro que sea, 
pero más conmovedor todavía 
es aquel brillo desesperado y final 
que herrumbra la llanura 
cuando el sol último se ha hundido. 
Nos duele sostener esa luz tirante y distinta, 
esa alucinación que impone al espacio 
el unánime miedo de la sombra 
y que cesa de golpe 
cuando notamos su falsía, 
como cesan los sueños 
cuando sabemos que soñamos.
"Afterglow" Jorge Luis Borges


Los pintores impresionistas como Monet, rompieron con la tradición de años de los maestros clásicos, su paleta llena de movimiento y color, espontaneidad y rapidez, nos hace pensar en una foto, es el carpe diem de la pintura, el lugar correcto en el instante preciso, y ellos armados con pincel luchan contra la continuidad del tiempo, la constante transmutación de las formas, quizás y son nuestro héroes, aquellos diminutos hombres que con sus colores y manchas se enfrentan ante una realidad triste y sobrecogedora: todo pasa, nada continua estático y sin embargo es consolador al mismo tiempo. 
Quién decía que no se podía encerrar la naturaleza en un cuadro, quién decía que no se puede acorralar los sentimientos, el instante se nos escapa de las manos, el tiempo no retrocede, no espera. El ser humano y su insoportable y vertiginoso paso. Alguien quiere descansar? Pues mira a Monet y tranquilo, cuando nos toque darnos cuenta que todo gira y nosotros somos los mismos, que el mundo cambia, la gente cambia, y nosotros estamos estancados, recuerda que cesará de golpe y notaremos su falsedad, que era un sueño y que soñábamos. 
Todo fluye incluso tú, en tu inmovilidad, en tu propio laberinto, incluso tú, el que va en círculos, la que no progresa ni madura, incluso tú, estás cambiando.



No hay comentarios: