... cuando el mar es una hiedra que trepa por el árbol.
¡Ah, entonces yo os puedo decir lo que es la desesperación!
El silencio es un tallo que crece desde mi rodilla izquierda y me traspasa, en línea vertical, por los sesos.
¡Ah, forzar la soledad! ¡Sorber, en bruta soledad, el último rezago de aire!
Un día el mar será una flor extraña y embrujara la vida. La flor que nació en el aire. ¿Ves? El cielo a veces baja hasta las manos. El cielo es una ola tempranísima en este mar de soledad.
Ahora soy el jardinero loco, el sembrador de nubes, en esta soledad desesperada.
Ahora soy una isla, ahora, cuando la soledad se recoge en mis brazos, cuando se hace pequeña como un niño.
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